En la Universidad de Buenos Aires se reunió la Liga de Ministros provinciales de Desarrollo Social y un grupo de especialistas para delinear una agenda social común. Fueron parte de la actividad las provincias de Tucumán, La Rioja, San Juan, Salta, Santa Cruz y La Pampa. Los ministros presentes fueron: Gabriel Yedlin, Griselda Herrera, Arnaldo Sánchez, Paola Vessvessian y Fernanda Alonso.
La Liga se reúne desde 2016 de manera periódica. En esta ocasión el objetivo del encuentro fue realizar un intercambio entre la política y la academia desde una perspectiva crítica, plural e interdisciplinaria para lo cual se convocó a Adriana Clemente (Directora del Centro de Estudios de Ciudad de la UBA), Agustín Salvia (Observatorio de la Deuda Social de la UCA), Matías Barroetaveña (Director del Centro de Estudios Metropolitanos UMET/UNAJ/UNAHUR), Arnaldo Medina (Vice-rector de UNAJ), Antonio Calicigno (Secretario de Ciencia y Técnica del Municipio de La Matanza) y el diputado Daniel Arroyo.
Los distintos representantes de las provincias describieron un panorama sombrío desde lo social; con aumento de demanda en comedores, baja en el empleo y desfinanciamiento de programas nacionales (particularmente en las partidas asignadas a seguridad alimentaria). En la declaración pública del Encuentro, la Liga de Ministros propone: reincidir en la necesidad de conformar e instituir una Mesa Nacional de Ministros de Desarrollo Social, solicitar se sancione la Emergencia Alimentaria Nacional e instrumentar la compensación de los programas de transferencia monetaria para mantener el poder adquisitivo de esta ayuda fundamental para la subsistencia de miles de familias y garantizar la sostenibilidad de, por lo menos, las que a la fecha son parte de dichos programas.
A su turno, Agustín Salvia expuso resultados de las últimas mediciones del ODS y advirtió sobre un aumento de la pobreza para este 2018, el cual seguramente supere el 33 por ciento. “Para este año proyectamos una situación peor a la del 2016, los peores indicadores desde el 2010”.
Luego Matías Barroetaveña sostuvo que “antes de este último ajuste devaluatorio ya estábamos en clara emergencia alimentaria, cada vez son más los sectores vulnerables que nos dicen que se les hace imposible poder comprar alimentos suficientes como para no pasar hambre”. “En la clase media baja han tenido que reducir porciones de comida y han eliminado de su canasta cualquier gasto que no se sea alimentación o pagar servicios”, concluyó.