“París le exige a Airbnb el pago de 12.5 millones de euros por las multas a miles de ofertas ilegales, mientras la alcaldesa busca reducir el permiso de los alquileres temporarios de 120 a 30 noches por año. La alcaldía de Nueva York denuncia a una inmobiliaria por utilizar la plataforma para alquilar viviendas no registradas. El gobierno de Barcelona obliga a bajar tres mil anuncios de propiedades que no tienen licencias para alquiler de corto plazo.
A pesar de los conflictos en varias de las ciudades en las que opera, la oferta de alojamientos en Airbnb sigue creciendo. Después de sumar la posibilidad de contratar “experiencias”, crecen los rumores de una tercera expansión de la empresa, esta vez hacia el sector de transporte.
Por su lado, Fairbnb, el antagonista justo de Airbnb, va camino a implementarse en varias ciudades con la propuesta de una plataforma de propiedad y gestión cooperativa, que tiene como premisa la sustentabilidad social del turismo”.
En este ensayo Guadalupe Granero, coordinadora del Área Urbana, analiza el impacto de la famosa plataforma de alojamiento temporario en las grandes ciudades del mundo.