Por Juan Cuattromo y Marcos Schiavi
Una estrategia productiva de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) no se puede pensar por fuera de su condición metropolitana. CABA no es una isla: forma parte de una ciudad real que excede sus fronteras formales. Su sistema productivo es regional, incluye el eje Panamericana, La Matanza, el periurbano platense, etc. Escindir a CABA de su conurbano es un lujo que no nos podemos dar. No hay desarrollo porteño sin integración de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA).
Se torna necesario proyectar un modelo productivo para la Ciudad, que ponga al desarrollo humano y el buen vivir en primer lugar; que considere a la CABA parte de una metrópoli y no una isla; y, sobre todo, que piense el rol de la ciudad en el desarrollo nacional.
En efecto, la región metropolitana produce la mitad del PBI nacional y contiene al 40% de la población. El devenir porteño impacta en el nacional y viceversa. Reiteramos lo que adelantamos arriba: CABA es parte de un todo que la excede, no puede seguir aislándose. Sin dudas ese camino no le sirve ni a la Ciudad, ni a su Conurbano, ni a la Nación.
Considerando lo anterior en este artículo hemos decidido hacer un estado de la cuestión económica de la Ciudad y su devenir, luego centrarnos en la cuestión metropolitana, para finalmente analizar un problema regional y otro de política pública porteña. El objetivo es dar cuenta del desafío que tenemos por delante: soñar con una Ciudad productiva y desarrollada, en el marco de una metrópoli integrada y socialmente justa.