CEMLa ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico del país con un PBI per cápita que ronda los veinticuatro mil dólares y cuya población no creció en las últimas siete décadas, tiene un déficit habitacional extendido y estructural.
De acuerdo a estimaciones de organizaciones sociales e instituciones de investigación, más de doscientas cincuenta mil personas viven en villas y asentamientos, de las cuales se calcula que más de un tercio alquila en condiciones de extrema vulnerabilidad. El segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle realizado en 2019 relevó más de siete mil quinientos hombres, mujeres y niños, mientras que una parte amplia de los porteños -aunque estadísticamente invisibilizada- vive en pensiones, hoteles y conventillos. Más del 35% de la población de la ciudad que alquila en el mercado formal (Defensoría del Pueblo, 2017) -porque puede cumplir con las condiciones de acceso- enfrenta una incertidumbre cotidiana frente a los ajustes del precio y el aumento de las expensas y servicios. Además, 25.000 hogares (o más, según estimaciones) han tomado créditos hipotecarios UVA que, en el contexto de descontrol inflacionario, suponen cargas económicas pero también sobre la subjetividad de los deudores. El creciente riesgo de desalojos y ejecuciones hipotecarias atraviesa a todos estos sectores sociales.
La dificultad para acceder a una vivienda de esta parte tan significativa de quienes residen en la ciudad tiene varias causas, pero es un emergente directo de un contexto de aumento constante del precio de los inmuebles mientras los ingresos de los hogares no se actualizan al mismo ritmo. A pesar de la desaceleración interanual, producto de la crisis económica, en el cuarto trimestre de 2019 el precio del m2 de los monoambientes usados en alquiler aumentó 33,4% y los de dos y tres ambientes aumentaron 33,8% y 29,4% respectivamente (DGEyC). En cuanto el precio promedio del m2 en dólares de los departamentos en venta de tres ambientes a estrenar, se observa que en los últimos 10 años estos aumentaron un 74%, mientras que los usados lo hicieron en un 75%. De igual manera, el precio promedio del m2 de los departamentos de dos ambientes a estrenar aumentó un 76% y los usados un 66% entre 2009 y 2019. Esta valorización dolarizada y continua de los inmuebles urbanos lesiona las condiciones necesarias de un hábitat digno para quienes viven en la Ciudad de Buenos Aires.
Frente a este escenario, ¿Cuál es la respuesta desde la política pública para mejorar las condiciones de acceso a la vivienda? ¿Qué programas se implementaron en los últimos años y cuál fue su impacto? Esta investigación propone dar una respuesta desde una perspectiva histórica, explorando la complejidad y diversidad de la problemática habitacional. El principal objetivo de la misma es construir líneas de acción que contribuyan a reducir el déficit y mejorar las condiciones de acceso.
Para ello, desarrollamos una revisión bibliográfica de los principales estudios y análisis existentes sobre la política de vivienda implementada en la Ciudad de Buenos Aires en los últimos años. Mientras que la mayoría de esos documentos estudian las políticas implementadas en las dos gestiones de Mauricio Macri (2007-11 y 2011-15), es significativo el vacío de información respecto a la primera gestión de Horacio Rodríguez Larreta (2015-2019). De la bibliografía revisada se pueden extraer conclusiones importantes relacionadas a la organización institucional, los presupuestos destinados, la ejecución presupuestaria, la sanción de la emergencia habitacional y la ejecución de obras.
