Para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente los empleos verdes son “los trabajos en agricultura, actividades de fabricación, investigación y desarrollo, administración y servicio que contribuyen sustancialmente a preservar o restaurar la calidad ambiental”. Se trata de empleos que ayuden a proteger ecosistemas y la biodiversidad; reducir el consumo de energía, materiales y agua mediante estrategias de alta eficiencia; y minimizar o evitar por completo la generación de todas las formas de residuos y contaminación.
La pandemia ha dejado en evidencia los vínculos intrínsecos entre la naturaleza, el clima, la sociedad y la economía, y nos hace conscientes de la estrecha relación existente entre la salud del planeta y la de los seres humanos. Esta situación puso al descubierto las vulnerabilidades y desigualdades tanto en términos de salud como de resultados económicos, y vemos hoy como millones de personas se enfrentan al desempleo y la pobreza, siendo las comunidades más vulnerables y los grupos minoritarios los más afectados. Las estimaciones a nivel mundial hablan de la pérdida de más 305 millones de empleos en jornada completa durante el segundo trimestre de 2020, lo que conlleva a una contracción del 10,5 % de la fuerza laboral mundial en comparación con los niveles previos a la crisis (fines de 2019)1. Y aún existen pronósticos que advierten sobre la posibilidad de que más de 100 millones de habitantes que viven en ciudades caigan en la pobreza2.
En este contexto también pudimos observar que es posible, en alguna medida, modificar los patrones de producción, distribución y consumo del actual modelo de desarrollo global. Estamos en un momento en el que debemos aprovechar esta pausa para evaluar y diseñar sistemas sociales más justos y sostenibles que permitan avanzar en un camino de desarrollo en armonía con los límites planetarios.
Este trabajo aspira, de un modo sugestivo, a reflexionar sobre la promoción -en materia de políticas públicas- acerca de una recuperación más sostenible y justa para el mundo del trabajo en nuestras ciudades. En otras palabras, una transición que permita crear nuevo empleo verde, mejorar las condiciones de trabajo de los sectores claves, y luchar para proteger el ambiente y combatir el cambio climático en nuestros territorios.