por Mariana Sosa e Ignacio Smith
Las desigualdades en CABA se han profundizado con la pandemia del Covid-19 y alcanzó un pico durante el segundo trimestre de 2020 en el marco de las medidas sanitarias adoptadas. El nivel de desigualdad durante el peor momento de la pandemia fue similar al alcanzado en el segundo trimestre de 2019.
Este deterioro generalizado en los indicadores socioeconómicos no ha sido ajeno a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Si bien constituye el centro urbano con mayores niveles de desarrollo económico, las condiciones de vida de sus habitantes continúan mostrando importantes niveles de desigualdad entre los sectores más acomodados y los más empobrecidos, tendencia que se ha profundizado a lo largo de los últimos años y que, a su vez, tiene una expresión en el plano territorial y geográfico.
Las brechas de desigualdad en la Ciudad se evidencian al abordar problemáticas como pobreza, desocupación, ingresos, acceso a la educación, vivienda y salud considerando las diferencias por género, edad y zona de residencia.
Para dar cuenta de la problemática de la desigualdad en CABA este informe propone un abordaje de tipo multidimensional. Si bien entendemos que las variables monetarias, especialmente los ingresos, resultan de fundamental importancia para este tipo de análisis, resultan algo insuficientes para agotar la comprensión del desarrollo humano en una determinada población. En este sentido, un abordaje multidimensional, permite abordar algunas variables fundamentales que, resultarían invisibilizadas si nos limitáramos a registrar los ingresos, entendiendo que las carencias monetarias no se reproducen idénticamente en otros ámbitos (Kessler, 2013). La mirada multidimensional aporta herramientas en pos de un análisis más estructural de las privaciones materiales, menos expuestas a las fluctuaciones coyunturales. A la vez, permite exponer las especificidades en las que impacta la pandemia al operar en diferentes carencias como puede ser el déficit habitacional, el acceso al sistema de salud y al sistema educativo. Relevar y comprender estas carencias sociales, en términos de desigualdades, resulta de gran importancia tanto al proveer información que pueda orientar diagnósticos, como para desarrollar acciones y políticas públicas que tengan en cuenta distintos aspectos y variables que determinan condiciones de vulnerabilidad para la población.