En marzo de 2025, el subte porteño transportó apenas el 54% del volumen de pasajeros que había tenido en marzo de 2019. Pero más allá de la comparación con los niveles prepandemia, lo más preocupante es que la tendencia continúa siendo descendente: el subte también transportó menos pasajeros que en marzo de 2024, cuando ya había registrado una baja respecto al mismo mes de 2023.
Esta caída sostenida convierte al subte de la Ciudad de Buenos Aires en el sistema de peor desempeño relativo de la región. Si bien muchos sistemas de transporte público aún no han recuperado por completo su nivel de usuarios prepandemia, el caso porteño se destaca negativamente por una pérdida constante de pasajeros mes a mes.
El cambio en los hábitos de movilidad no alcanza para explicar esta situación. Otras ciudades con altos niveles de trabajo remoto, como Helsinki, han logrado recuperar cerca del 90% de su volumen de pasajeros. En Buenos Aires, en cambio, la demanda continúa cayendo incluso cuando cada vez más empresas adoptan esquemas híbridos o presenciales.
Uno de los factores que más claramente desincentiva el uso del subte es el aumento en la tarifa. Desde mayo de 2024, el pasaje cuesta aproximadamente el doble que el boleto mínimo de colectivo. Esta decisión del Gobierno de la Ciudad constituye un desincentivo explícito al uso del subte, que va a contramano de su potencial como transporte de alta capacidad y de las políticas tarifarias aplicadas en las grandes ciudades del mundo.
A esto se suma el deterioro del servicio. Aunque ni el Gobierno de la Ciudad ni SBASE publican indicadores de calidad, se observa que las líneas con mayor pérdida de pasajeros —como la B y la D— son las más afectadas por cierres de estaciones, problemas de infraestructura y falta de material rodante.
Más allá de las obras de renovación y de los anuncios de inversión en la línea B o en la futura construcción de la línea F, el informe del Área de Movilidad y Transporte del CEM advierte que la medida más urgente para revertir la caída de usuarios es revisar el esquema tarifario actual, que hoy incentiva a los pasajeros a optar por otros medios de transporte.